Hoy en día se habla mucho de los híbridos: en concesionarios, en blogs, en taxis e incluso entre los vecinos del estacionamiento. Pero en el negocio de alquiler de autos hay una visión muy práctica sobre los híbridos: vemos estos autos не por folletos de marketing, sino por su kilometraje real, consumo y averías. En este artículo hablamos de los autos híbridos como personas que los entregan y reciben de vuelta todos los días.
Un auto híbrido es un vehículo en el que trabajan al mismo tiempo dos fuentes de energía: un motor de gasolina de combustión interna y un motor eléctrico con batería.
La idea es sencilla: el sistema decide por sí mismo cuándo es más rentable ir con el motor eléctrico y cuándo conectar el motor de gasolina. Gracias a esto el auto consume menos combustible y se comporta de forma más suave en ciudad.
En general, existen dos tipos de híbridos:
Este es el “híbrido clásico”, como el Toyota Prius híbrido u otros modelos similares. No hace falta enchufarlo a la pared.
La batería se carga:
Usted simplemente maneja, y la electrónica decide sola cuándo activar el motor eléctrico y cuándo el motor de gasolina.
Ventajas de este esquema:
En un híbrido enchufable la batería es más grande, y este tipo de auto se puede cargar desde un enchufe doméstico o un cargador público. Con una sola carga puede recorrer varias decenas de kilómetros sin usar gasolina (es decir, la carga eléctrica alcanza para las necesidades diarias simples: casa–trabajo–supermercado–casa).
Para el alquiler es una opción más específica: se necesita acceso a un enchufe o estación de carga y entender lo básico de cómo usarla.
Pero en el escenario correcto ofrece el máximo ahorro de dinero: si tiene dónde cargar el auto mientras descansa (un estacionamiento con punto de carga, una casa o garaje propio), el gasto en gasolina se vuelve mínimo.
Puede leer más sobre la tecnología plug-in en este artículo.
Si dejamos de lado el marketing, los híbridos tienen varias ventajas muy claras, por las que los aprecian tanto los clientes como, en consecuencia, las compañías de alquiler:
La ventaja más evidente: gastar menos en gasolina. Si maneja mucho por ciudad, un híbrido consume claramente menos que un auto del mismo tamaño solo de gasolina. En un alquiler mensual esto se nota en el bolsillo.
A baja velocidad, el híbrido suele moverse con el motor eléctrico: mínimo ruido y vibraciones. En atascos y zonas residenciales se siente como un auto más suave y cómodo.
Con la misma ruta simplemente verá menos veces la gasolinera. Es un detalle pequeño, pero para el día a día es un plus agradable.
No todo el mundo elige un híbrido para “salvar el planeta”, pero el hecho es que en ciudad emite menos gases que un auto equivalente solo de gasolina. Si eso es importante para usted, el híbrido claramente gana.
También hay otra cara de la moneda, de la que siempre hablamos con los clientes con total honestidad.
El alquiler de un híbrido puede costar un poco más que el de un modelo similar de gasolina. Si maneja poco y sobre todo por autopista, el ahorro de combustible puede no ser tan evidente.
En ciertos híbridos, parte del volumen del maletero lo ocupa la batería. Para muchas personas no es un problema, pero vale la pena tenerlo en cuenta.
Si elige un híbrido enchufable, es importante entender dónde lo va a cargar. Sin carga externa, se convierte casi en un híbrido normal y parte del sentido se pierde, mientras que el alquiler de este tipo de auto probablemente será más caro que el de un equivalente de gasolina.
“¿Y si se rompe la batería?”
Los sistemas híbridos modernos están pensados para un uso de muchos años. En el negocio de alquiler, estos autos funcionan durante largo tiempo y acumulan grandes kilometrajes. Además, es la compañía de alquiler la que controla el estado técnico: el cliente recibe un auto ya revisado.
“¿Y si la batería se descarga y me quedo tirado?”
En un híbrido clásico siempre hay un motor de gasolina. Incluso si la batería está baja, el auto no se convierte en un “ladrillo”: sigue funcionando, solo que el efecto híbrido será menor durante un tiempo, hasta que la batería se recargue con las primeras frenadas o en una bajada.
“¿Hay que enchufar algo?”
En un híbrido clásico (self-charging), no: no hay nada que enchufar. Solo hay que llenar el tanque. La carga externa solo es necesaria para un híbrido enchufable (plug-in).
Desde el punto de vista del negocio, un híbrido es un caballo de batalla, no un juguete de moda. Si un modelo demuestra ser fiable, económico y fácil de entender para los clientes, se queda en la flota durante mucho tiempo. No buscamos el “wow-efecto”; nos importan tres cosas simples:
Por eso, cuando elige un híbrido para alquiler de larga duración en Miami, tiene sentido fijarse menos en las modas y más en sus necesidades reales, presupuesto y estilo de conducción.
En resumen: sí, por supuesto vale la pena, y no importa tanto cuál sea su ritmo y estilo de conducción.